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Mostrando entradas de 2014

Reseñas deshilachadas: "Muerte súbita", de Álvaro Enrigue, 261 pp.

   I nconforme con el ganador del premio Anagrama de novela del a ño en curso, me dispongo a comentar el libro ganador del a ño pasado.     Ya el hecho en sí de que Álvaro Enrigue hubiera ganado el premio Herralde de novela era de llamar poderosamente la atención, me explicaré, pero cuando me fui a ver de qué se trataba el libro triunfador y más todavía cuando lo leí, me pregunté seriamente si el jurado lo habría leído bien, y si conocerían medianamente la obra restante de Enrigue. Hay que suponer que así fue, pero la pregunta es lícita:  ¿ Muerte súbita es una novela? Para cualquier lector que haya seguido las páginas de Hipotermia , Vidas perpendiculares o Decencia sabrá que a Enrigue lo que más le atrae es coquetear con los géneros, con el corte y la distribución de historias. Con el primero de los títulos mencionados persiste la discusión de si estamos ante una colección de relatos o de si somos testigos de un "nuevo" género en el que cada una de las narraciones, ind

Mundiales

Estaba a punto de decir que la música vernácula de cualquier país me resulta completamente indiferente, que se me puede contar entre los casos con padecimiento de amusia, donde el transtorno pasa más por la incapacidad de reconocer melodías, aprenderse nombres y letras, y en definitiva de disfrutar de todo eso, pero justo ahora me viene el recuerdo de mi padre, a quien le gustaba cantar Mi árbol y yo de Alberto Cortez. Yo apenas era un chamaco de ocho o nueve años. Cuando me decido a hacerlo, aún logro verlo joven en su sillón o al pie de su cama, en calzoncillos, ubicando el atril plegable frente a los ojos, ajustando la guitarra sobre la incipiente barriga, rasgando algunos compaces a manera de breve ensayo, y finalmente arrancarse. En el repertorio -que no era muy amplio- nunca faltaban La ni ñ a de Guatemala , El oso carpintero , Deja de llorar, chiquilla y, claro, Mi árbol . Su voz generaba burlas entre los miembros de su familia o entre algún pariente o amigo -arrimado en cual

Reseñas deshilachadas: "La Señora Rojo", de Antonio Ortuño, Páginas de Espuma, cuentos.

   De la misma forma en que no leí su primera novela, "El buscador de cabezas", pero sí la segunda, "Recursos humanos", tampoco leí su primera colección de cuentos, "El jardín japonés", pero sí acabo de leer "La Señora Rojo", de Antonio Ortuño. La novela me dejó un agradable sabor de boca, regalándome momentos placenteros; de los cuentos, sólo en uno o dos casos puedo decir lo mismo. Menciono a continuación algunas impresiones, inconexas, perezosas, deshilachadas, como es costumbre en este espacio. Desde ya pongo sobre la mesa la primera pregunta: Al leer estos relatos ¿noto la impericia propia del novato o se trata sólo de mi prejuicio de lector envidioso, contemporáneo de Ortuño y sin embargo sin ninguna maldita línea publicada? En el primer cuento de la colección, "Agua corriente", el tema es esencialmente el mismo que el de "Recursos humanos"; es decir, la descripción hiperbólica de la pobreza. La trama del relato, sin

Reseñas deshilachadas: "La promesa de Kamil Modráček", de Jirí Kratochvil, Impedimenta, 309 pp.

    Recién termino de leer La promesa de Kamil Modráček , literalmente La promesa ( Slib , en el original) de Jiří Kratochvil. Muy audaces los editores de la versión española a la hora de vender su producto, pues al modificar el título consiguieron hacer atractivo algo que de suyo no prometía mucho, con el afán de llegar a todos aquellos ávidos de consumir "literatura periférica", como en algunos lugares se da en llamar a ciertas literaturas.    La historia se ubica en Brno, ciudad cara a Kratochvil, al inicio de los aňos cincuenta, en el "esplendor socialista", aunque por momentos se producen algunos saltos temporales para llegar a nuestros días y mostrarnos que al final las cosas tendrán que llegar a conectarse irremediablemente (ni duda cabe de que estamos ante un recurso hiperexplotado en la última literatura, especialmente en las obras que tienen la desgracia de ir a la pantalla grande). Debido a los cambios políticos, Kamil Modráček es un arquitecto v