Praga está de moda. Todo el país lo está, y la razón es que durante los próximos seis meses la República Checa presidirá el consejo de la Unión Europea; es decir, será como el presidente de Europa durante un semestre. El anterior fue para Francia -Sarkozy no se hacía a la idea de dejar el "poder"- y esta vez es para los checos. La comunidad europea no está muy confiada acerca del buen desempeño de este pueblo en tal empresa. Además, el país no está aún en la "Eurozona" y la mayoría de la población aún no quiere estar ahí, según afirman, de esa manera la crisis mundial los perjudica un poco menos. Por otro lado, el presidente checo, Vaclav Klaus es un "anti-euro"; me explico, no le hace muy feliz la idea que la Unión Europea ostenta, pues aduce que las políticas no son uniformes. Otra vez, se trata de una comunidad, pero con trato distinto para los países ricos -Alemania o Francia- y para los no tan ricos. No le convence a él y a muchos en este país. En esos dos puntos radica el interés este semestre. Veremos.
En una de mis visitas cotidianas al Instituto Cervantes de Praga me encontré hace algunos meses una nota en el tablero de anuncios invitando al público a una tertulia literaria. Se prometía la asistencia de Samanta Schweblin, la "reina del cuento fantástico del Río de la Plata". Nunca había oído el nombre y el eslogan me pareció desmesurado, rayando en lo blasfemo. Por una razón u otra no asistí al evento, pero poco después un amigo me facilitó el libro, cuya traducción checa era el motivo del convite literario en la feria de Holešovice, que ahora me propongo comentar. Vamos de nuevo, ¿ qué carajos es la literatura fantástica? Cito a wikipedia, que cita a Todorov: "En la clásica Introducción a la literatura fantástica, Tzvetan Todorov definió lo fantástico como un momento de duda de un personaje de ficción y del lector implícito de un texto, compartido empáticamente. Los límites de la ficción fantástica estarían marcados, entonces, por el amplio espacio de lo m
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